CARDIOLOGÍA Y METABOLISMO

¿Cuándo y con qué medicar al paciente obeso con Hipertensión Arterial?

Se considera hipertenso a todo sujeto que de forma persistente mantenga cifras iguales o superiores a 140/90 mmHg. Cifras inmediatamente inferiores también pueden ser susceptibles de atención e incluso de tratamiento en determinados enfermos.

La hipertensión arterial y la obesidad suelen coexistir en el mismo paciente.La asociación aumenta significativamente el riesgo de diabetes mellitus, cardiopatía isquémica e insuficiencia cardiaca. El control adecuado de la tensión arterial en el paciente obeso es prioritario para prevenir complicaciones cardiovasculares y renales.

En los pacientes con hipertensión arterial son recomendables una serie de medidas generales que incluyen: dieta pobre en sal, moderación del consumo de bebidas alcohólicas, realización de ejercicio físico aeróbico de manera regular y pérdida de peso. Estas medidas disminuyen, por sí mismas, las cifras de presión arterial y potencian además la acción de los fármacos.

Es un hecho indiscutible que una de las medidas más efectivas para mejorar la hipertensión en un individuo obeso es la reducción del peso.

 La decisión de tratar a un paciente hipertenso no debe ser basada exclusivamente en las cifras de presión arterial, sino también en la presencia de otros factores de riesgo. La conducta a seguir ante un paciente hipertenso depende de su riesgo cardiovascular absoluto, estimado a través de la evaluación del resto de los factores de riesgo, de la afectación de los órganos diana de la HTA y de los antecedentes personales de enfermedad cardiovascular.

El hipertenso obeso generalmente cae en los grupos de riesgo alto o muy alto, sobre todo si además tiene diabetes.

El tratamiento inicial es el descenso de peso y cambios en el estilo de vida, pero cuando este no es suficiente, las guías actuales recomiendan como terapia inicial los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ejemplo: enalapril, lisinopril, ramipril, etc) o bloqueadores de los receptores de angiotensina (ejemplo: losartán, telmisartán, etc). Si con estos medicamentos aun la presión arterial no se controla y persiste elevada, se deberá agregar un segundo antihipertensivo: de preferencia un bloqueante de los canales de calcio (ejemplo: amlodipina, lecarnidipina).

Los antagonistas del calcio también tienen un papel importante en el manejo de los pacientes obesos, aunque no son de primera elección.

Recientemente se reportó que la combinación de losartán con amlodipina resultó en acciones metabólicas favorables (disminución significativa de glucemia y triglicéridos) que reducen el riesgo metabólico de los pacientes hipertensos obesos.
Los bloqueadores beta son el único grupo más cuestionado; incluso se dice que aumentarían el peso de estos pacientes.

 

 

Dra. Melissa Escobar.

Dr. Aldo Benítez García.

Dpto. de Endocrinología y Metabolismo. Hospital de Clínicas. FCM. UNA.

Bibliografia

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Cod. PRG1257348